ASPECTOS BÁSICOS EN LA FORMACIÓN DE INVESTIGADORES
(Planteamientos esquemáticos)
JOSÉ PADRÓNLínea de Investigaciones en Enseñanza/Aprendizaje de la Investigación (LINEA-I).
NOTA INTRODUCTORIA
El propósito de este esquema es presentar los aspectos esenciales que habrían de tomarse en cuenta en los procesos de formación de investigadores, tal como podrían deducirse de los estudios realizados a lo largo de estos últimos diez años de trabajo en el seno de la Línea de Investigaciones en Enseñanza/Aprendizaje de la Investigación (LINEA-I).
ii) La Investigación no es un proceso UNIFORME, ÚNICO ni ESTEREOTIPADO. La Investigación es un proceso estratégicamente DIVERSO que, por un lado, obedece a diferentes sistemas de convicciones y que, por otro lado, contempla distintas instancias de desarrollo programático (colectivo). Básicamente, la Investigación es DIVERSIDAD: cuando menos, depende de un cierto enfoque epistemológico (ver gráfico, pulsando aquí mismo) y depende también de ciertas fases de crecimiento o expansión dentro de una agenda de trabajo grupal (ver gráfico, pulsando aquí mismo). Véase el desarrollo de esta hipótesis en varias tesis doctorales, especialmente en Rivero, 2000, y en Camacho, 2000.
iii) La Investigación no es sólo un hecho METODOLÓGICO, sino que puede ser analizada desde múltiples perspectivas, debido a que es un proceso de naturaleza compleja, en el que intervienen múltiples factores de muy variada naturaleza. En principio, la Investigación es un hecho SOCIAL, que se debe a las necesidades de desarrollo de las comunidades y que tiene éxito real en la medida en que sus resultados se asimilen al progreso de la Sociedad y a sus metas de crecimiento. La Investigación comienza y termina en las áreas de demanda de conocimientos y tecnologías ubicadas en el entorno (ver gráfico, pulsando aquí mismo). Más allá de eso, la Investigación es también un hecho Cognitivo (ver, por ejemplo, Tesis Doctoral de Rivero, 2000), es también un hecho Organizacional (ver, por ejemplo, Tesis Doctoral de Ojeda de López, 1998, Núñez-Burgos, 2001 y Díaz, 2001), es también un hecho Discursivo (ver, por ejemplo, Tesis Doctoral de Hernández-Rojas, 2000 y Bolett, 2002), es también un hecho Psicológico-Social (ver, por ejemplo, Proyecto de Tesis Doctoral de Davalillo, 2002), es también un hecho Problemático-Lógico (ver, por ejemplo, Proyecto de Tesis Doctoral de Di Gravia, 2002), es también un hecho Psico-Emocional (ver, por ejemplo, Proyecto de Tesis Doctoral de Morales, 2002), es un hecho Económico (ver, por ejemplo, Proyecto de Tesis Doctoral de Matheus, 2002)... Y así, el hecho Investigativo tiene muchas facetas adicionales al punto de vista Metodológico y Epistemológico (que ha sido, hasta ahora, el punto de vista exclusivo en nuestros diseños curriculares, o sea, en los procesos formales de formación de investigadores).
iv) La Investigación no es en sí misma ILUMINISMO PERSONAL ni TRABAJO SOCIO-COMUNITARIO ni EXPRESIÓN DE LA CONCIENCIA INDIVIDUAL, sino un proceso socializado, sistematizado orientado a la producción de conocimientos y tecnologías socialmente relevantes (en todas las Tesis Doctorales y en los estudios publicados por LINEA-I se desarrolla este aspecto).
v) La Investigación no es un proceso SOCIO-POLÍTICAMENTE neutro, sino que se debe básicamente a las necesidades locales y, luego, en orden de prioridades progresivamente abarcantes, a las necesidades contextuales más amplias. Desde un punto de vista sociopolítico, la Investigación está obligada primero con las comunidades en las que nace y luego, en último término, con las comunidades internacionales, sin olvidar los nexos lógico-epistemológicos y disciplinarios que vinculan entre sí a los problemas de una misma red académica y que, en cambio, sí hacen de la Investigación un hecho universal y no regional.
ASPECTOS ORGANIZACIONALES EN LA FORMACIÓN DE INVESTIGADORES
Si los supuestos arriba señalados son acertados, entonces no podríamos emprender una labor de formación de investigadores si antes no atendemos a los factores organizacionales implícitos, al menos a los siguientes:
Las universidades deben primero formar su propia Cultura Organizacional y su propio Clima Organizacional en Investigación. Es imposible un investigador sin una Organización a la que él se sienta adscrito y a la que él sienta que pertenece. Esto obliga a que la formación de investigadores se produzca dentro de un cuadro organizacional y dentro de parámetros organizacionales tales como Cultura Organizacional Investigativa, Clima Organizacional Investigativo e indicadores organizacionales de productividad, rentabilidad y eficiencia. En síntesis, los procesos de formación de investigadores exigen primero unos procesos de organización e institucionalización de la investigación. Si las universidades no se planifican primero a sí mismas en función de una sistematización colectiva, si no crean primero marcos culturales y climáticos apropiados para la investigación, no podremos hablar de formación de investigadores.
Las universidades deben primero diseñar sus propias preferencias investigativas, sus propias redes problemáticas y sus propias agendas de trabajo investigativo. Es imposible un Investigador sin una agenda colectiva de desarrollos y de realizaciones bajo cuyas perspectivas él pueda ubicar sus propias expectativas de desarrollo. No puede haber investigadores sin que previamente existan ofertas institucionales de desempeño personal. Esto significa que, antes de formar investigadores, las instituciones deben primero definir sus propias preferencias investigativas, sus propias agendas de trabajo y su propia red de intereses a corto, mediano y largo plazos. No podemos pensar en formar investigadores que hagan cualquier cosa que se les ocurra, sin un cuadro de ofertas bajo el cual ellos puedan ubicar sus intereses investigativos. Los investigadores no investigan alocadamente sobre cualquier problema, sino dentro del cuadro de posibilidades, preferencias y perspectivas de trabajo previamente formuladas dentro de un cierto contexto organizacional.
Las universidades deben primero diseñar sus propios sistemas administrativo-gerenciales-operativos de Investigación, con todos aquellos factores que están implícitos, tales como diseño de procesos y subprocesos, perfiles y responsabilidades, tecnologías y recursos típicos. Es imposible un investigador que ignore por completo sus posibilidades de ubicación dentro de un marco organizacional de procesos, perfiles, tecnologías y recursos de desempeño.
Al menos estas tres condiciones organizacionales funcionan como requerimiento previo a todo diseño de programas y planes de formación de investigadores. No podemos relegar la responsabilidad de la formación de investigadores a los profesores de Metodología ni a los tutores ni a los asesores ni al curriculum ni a ningún otro factor de carácter individual: la formación de investigadores es esencialmente una responsabilidad de las ORGANIZACIONES y no de los individuos, lo cual significa que es indispensable primero FORMAR ORGANIZACIONES INVESTIGATIVAS y luego investigadores miembros de esas organizaciones. Si no existen organizaciones investigativas no puede haber investigadores efectivos. Dentro de esta premisa, el investigador individual debe ser formado como miembro de una organización.
ASPECTOS ACTITUDINALES EN LA FORMACIÓN DE INVESTIGADORES
La eficiencia de un investigador está supeditada a unas bases disposicionales estables y permanentes que subyacen a todo trabajo particular que él realice (para un estudio detallado de las Actitudes Investigativas, véase Sánchez, 2001). Estas bases disposicionales incluyen los siguientes componentes:
Componente Informacional: el investigador debería ser dotado de un sistema de conocimientos actualizado, tanto en un plano general como en un plano especializado. El plano especializado contiene toda la información pertinente a la propia disciplina temática y problemática, mientras que el plano general contiene toda la información relativa al mundo de la investigación internacional, nacional y local (Historia de la Ciencia, Epistemología, Socio-Cultura de la Investigación y del oficio de investigador, etc.).
Componente Axiológico (o de Valores): el investigador debería ser formado en un cierto sistema de preferencias o valoraciones estables (inclinación permanente al análisis, a la creatividad intelectual y a la crítica, capacidad de trabajo autónomo y compartido, honestidad y compromiso y, en general, todos los aspectos implícitos en la llamada 'vocación de investigador').
Componente Procedimental ('saber hacer'): el investigador debería ser formado en atención a un determinado sistema de tecnologías y técnicas, tanto de alcance general (común a todo tipo de investigación) como de alcance especializado (típico de su propio enfoque epistemológico y de sus propias áreas problemáticas.
ASPECTOS PSICO-SOCIOLÓGICOS
El investigador debería ser entrenado en las dinámicas interpersonales típicas de los procesos institucionales y organizacionales de la Investigación, tales como las relaciones de liderazgo, prestigio, ascenso, desarrollo de carrera, sistemas de retribución y premios, modalidades de publicación y difusión, intercambios, etc., todo ello enmarcado en los quehaceres típicos del oficio del investigador (para más detalles, véase Davalillo, 2002).
ASPECTOS MACRO-SOCIOLÓGICOS
Los procesos de Formación de Investigadores deberían incluir capacitaciones especiales para el manejo de las relaciones entre los procesos de Investigación y las grandes esferas de Sociedad, Economía, Política y Desarrollo (ver Matheus, 2002, y Toledo, 2002). Estos aspectos se refieren al hecho de que el oficio de investigador se debe especialmente a las configuraciones en el área de las demandas de conocimientos y tecnologías (clientes y consumidores de Investigación, mercadeo de investigaciones, ritmos de obsolescencia de investigaciones), a las estructuras de inversión y rentabilidad (economía de la Investigación, racionalización del gasto), a las redes de tomas de decisión y a los programas de desarrollo comunal, nacional e internacional, etc.
ASPECTOS PSICO-AFECTIVOS Y DE SALUD OCUPACIONAL
Los aspectos de salud psicológica y ocupacional en general constituyen un componente relevante en los procesos de formación de investigadores (ver Morales, 2002, y Rivera, 2002).
ASPECTOS LÓGICO-METODOLÓGICOS
La Formación de Investigadores debería prever entrenamientos en el manejo de las estructuras empíricas y teóricas típicas de la Investigación, siempre en dependencia de los diferentes enfoques epistemológicos y de las diferentes fases diacrónicas en el desarrollo de los programas colectivos (tanto en el nivel local como en los niveles nacionales y mundiales). Esto incluye aspectos vinculados a los tratamientos empíricos u observacionales, a la formulación y análisis lógico de problemas y objetivos, al diseño y evaluación de modelos y teorías, a las modalidades de derivación tecnológica a partir de teorías, etc. (para detalles acerca de estos aspectos véase Padrón, 1992, Camacho, 2001, Di Gravia, 2002).
ASPECTOS DISCURSIVOS Y LINGÜÍSTICOS
Otro componente importante en estos procesos es el tiene que ver con las perspectivas discursivas de la Investigación (ver Hernández Rojas, 2000, Bolett, 2002): estructuras comunicacionales en general, construcción lingüística de sistemas descriptivos y de teorías, procesos semióticos, etc.
ASPECTOS ESTRATÉGICOS Y CURRICULARES
La Formación del Investigador, como proceso curricular-instruccional, debería ser renovada. Mucho más allá de las cátedras de Metodología, el investigador en formación debería realizar experiencias directas dentro de las Líneas, Grupos y Centros de Investigación, al lado de investigadores veteranos y activos (ver Suárez, 2002). Las nociones de 'aprender viendo' y 'aprender haciendo' deberían incorporarse al curriculum a través de estrategias participativas mucho más dinámicas que la simple elaboración de un proyecto en un aula de clases y bajo la orientación de profesores no dedicados activamente a la investigación. Por lo demás, este proceso curricular debería ir más lejos de los temas de Metodología, hacia los tópicos mencionados arriba, tratando de llegar a una visión integral y amplia.